Resumen de una conversa que tuve con el Profesor Nino Carelli.
Con la pierna quebrada y crisis asmática, Carelli me recibe en su casa a orillas del acantilado que vislumbra al Cristo flotante de un lado y las montañas verdes de otro.
Tegucigalpa a nuestros pies a la la del Cristo.
El profesor solo se suelta y habla bajo influencia de alcohol. Tomamos medía botella de ron.
– Dime que quieres. Me pregunta secamente.
– Quiero saber el futuro, le respondo.
– No soy adivino.
Seguimos tomando, pero callados. Terminada la botella, se abre otra.
– Esta es 21 años, dijo mostrando el rótulo.
El hielo golpeando suavemente la pared del vaso, los dedos movimentando el hielo. Un gavión volando bajo… silencio.
– Todo va empeorar y después mejorar.
– ¿Y Cuándo?
– Luego. No será tan malo como piensan y después todo mejorará y muy rápido.
– ¿Por qué?
– El mundo aumentó sus gastos públicos, como nunca en la historia, para que la economía no pare. Están siendo forzados a distribuir renta, dando dinero a los más pobres. Trillones de dólares… cuando pase la crisis viral la demanda reprimida va explotar en consumo. Es como empujar un resorte para bajo, se demora para bajar, pero cuando uno la suelta ella sube en una explosión. La riqueza distribuida va hacer con que las ganas de consumir aumenten. Carelli me sirve otra dosis. The Cinematic Orchestra – Arrival of The Birds, ocupa el vacío del silencio.
– Hableme más, profesor.
– Dos cosas mueren en esta crisis 1- la idea de crecimiento y bien estar social sin la participación del estado; 2 – la idea de que el ser humano es una isla. Nunca fuimos tan colectivos y unidos como ahora.
– ¿Y Dios, profesor?
– ¿Dios? Dios es conocimiento, es ciencia, es igualdad, es fraternidad, en todas las razas, en todos los colores, en todas las creencias. La inteligencia humana nos salvará. Dios somos nosotros y nosotros nos vamos a salvar. Esta crisis será más corta y eterna, todo al mismo tiempo. Corta porque luego pasará y al otro lado habrá un mundo mejor. Eterna porque unirá a la humanidad y, decir, definitiva, por que cuando todos tengan acceso a la renta, al trabajo y a la dignidad, no habrá crisis.
Nino se levanta abruptamente de la silla, toma la botella de ron y la tira violentamente al suelo. Una dezena de cacos en el suelo…
– Mira! Mira! ¿Viste lo que hize? ¿Viste?
– Si, lo vi profesor.
– ¿Qué fue lo que hize? Dime.
– Usted quebró una botella de ron de 21 años.
– No, idiota. Te di una clase. El virus es mi mano, la botella el mundo. Después de esta crisis la nueva orden mundial estará impuesta, y de esta vez mucho mejor para los pobres. Una raza humana unida y planetária, construyendo dignidades, destruyendo racismos, desarmando y armando unos a los otros como decía el hombre de la cruz. Esta es la verdad, Ariel, la única verdad.
En el taxi reflexioné sobre las palabras. Mañana vuelvo para otra conversa… después les cuento como fue.
Me llamo Ariel Seleme, soy natural de Itaiópolis una pequeña ciudad de Santa Catarina, al sur de Brasil. Soy formando en Economía por la PUC-MG y maestro en Economía Internacional por la Universidad de las Naciones Unidas. Actualmente trabajo en el Ministerio de las Relaciones Exteriores de Brasil en la función de Oficial de Chancelaria. En los últimos 12 años vivo en el exterior en países como Nicarágua, EUA, Vietnan y hoy, en Honduras.