Mi papá falleció en noviembre del año pasado, y como pasa en todas las familias nunca quedan todas las cosas habladas, escritas o detalladas y por supuesto también fue nuestro caso. Mi papá siempre le gustaba ayudar a las personas…pero a su manera. No era de hablar de sí mismo o de pensar a futuro o dejar habladas las cosas y por ese mismo tema en la casa del campo donde habían algunas cosas de él no teníamos la llave para entrar a esa habitación. Estaban todas las otras llaves de la puerta de entrada, de armarios, de candados, de bodegas…pero no la de la habitación.
Me intrigaba donde estaría esa llave….se le habría quedado en alguna chaqueta? En algún bolsillo de algún pantalón? Se habría caído por detrás de alguna caja? Donde la guardaba si no estaba en el manojo de las otras llaves?
Así que cuando íbamos al campo le pedíamos al casero que abriera con una llave que tenía él y que según comentaba le hacía a muchas puertas y justamente a esa habitación también.
De chico siempre me gustó esa casa pues tenía puertas y pasadizos escondidos los cuales no se aprecian a simple vista, también siempre me gustó e intrigó lo de esconder cosas en puntos estratégicos para que otras personas no las vieran y solamente yo pudiera encontrarlas casi como buscar pistas y por lo cual siempre pensé que fuese cosa mía pues desde chico paseaba por esa casona antigua de 3 pisos, 8 habitaciones y 3 baño. También siempre recordado esas cazuelas de campo con ricas papas, arvejones, choclo y carne de tan rico sabor, y por el lado dulce teníamos las mermeladas de frambuesa y mora además de las conservas de frutas como murtas, membrillos y ciruelas que hacia mi abuelita, las cuales guardaba en una pequeña pieza debajo de la escalera y que siempre estábamos atentos a cuando las abriera para poder probar tan rico almíbar.
Hace unas semanas fuimos al campo y como de costumbre le pedimos al cuidador que nos abriera la habitación pero envés de entrar me quedé conversando con el cuidador en el pasillo…hablamos de mi papá, de la casa, de las maderas nobles que se había construido, de que donde habría quedado la llave y como nunca la encontramos…hasta que…no podría decir si yo moví la mirada o me hicieron mirar hacia cierto punto del corredor justo sobre nosotros, donde había un tapacanto superior en el cual casi imperceptiblemente sobresalía “algo” circular como un eslabón de un llavero encajado hacia adentro.
Estiré mi mano, tomé el eslabón, lo tiré hacia arriba y era la llave perdida de la habitación de mi papá, la cual había estado en ese escondite más de 8 meses…la probé y era la indicada.
En la vida todas las puertas pueden se abiertas, algunas puertas están sin llave, otras puertas tienen la llave a la vista pero otras puertas son más difíciles de encontrar la llave…pero con tiempo, siempre puede ser encontrada…y por ende la puerta puede ser abierta…
Me llamo Antony Wall, vivo en Puerto Varas un linda ciudad al sur de Chile.