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Doña Mentirita

Érase una vez una señora que se llamaba Mentirita. Ella era muy discreta y vivia escondiéndose. Observaba algo aquí, algo allá pero siempre encontraba una forma de meterse en las conversas y en las histórias de la gente.

A veces era vista y cuando era descubierta se formaba una gran confusión, pues era buena en generar tristeza, decepción y peleas. En algunos momentos se sentia avergonzada, pero de repente estaba nuevamente metiéndose en confusión.

Por donde pasaba dejaba tristeza y hacia que las personas se afastaran unas de las otras. Ella no era nada bonita, tenia una nariz grande, una lengua enorme y piernas muy cortas. Por eso conseguia meter la nariz en toda parte,
hablar lo que no debía.

Pero en el final ella sufría, pues, era dificil esconderse, por sus piernas seren tan cortas, antes que la confusión se acabase, se descubria que ella era la culpable.

Pero habia algo peor para ella… Lo peor era una enemiga suya, la doña Verdad. Íntegra, bonita, confiante, sin nada a esconder. Podia andar tranquilamente entre las personas. A lo contrario de Doña Mentirira, era siempre bienvenida y amada por todas las personas buenas.

Y Doña Mentirita miraba a todo y pensaba:

– ¿Porque seré asi? Porque no logro mudar?

Y entonces comenzó a observar las actitudes de su rival y resolvió copiarla. Comenzó de a poco, primero se mantuvo callada, en seguida ya no se metÍa tanto a las conversas y por último, cuando ya no más podia controlarse y, enfin causaba alboroto, enfrentaba y admitia ser la culpable.

¿Y sabe que le ocurrió? Ella comenzó a transformarse en una bella mujer, su nariz fue disminuyendo, su lengua también y sus piernas casi alcanzaron las de Doña Mentirita. Cuando ella percibió su transformación se quedó muy feliz y aun más motivada. Fue cambiando su comportamiento y pasó a sentirse querida por las personas, hasta Doña Verdad, que no la queria nada, comenzó a conversar con ella.

El orgullo la fue tomando y a cada día percebia más que fueron las actitudes que ella tenía que le echaban a perder la vida, que se puede escoger el bien o el mal, hacer a las personas felices o causarles tristeza.

Y asi, los dias se siguieron y Doña Mentirita fue dejando su pasado para trás, viviendo tranquilamente entre personas, ayudando cuando se puede y percibiendo que haciendo a los otros felices, ella también podría serlo!

 

Autor
Me llamo Sirlei Gonçalves Palhano, tengo una hija y vivo en Canoinhas, una pequeña ciudad del interior del estado de Santa Catarina, al sur de Brasil

 

Doña Mentirita
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