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Los mayores mentirosos de la historia de la ciudad

Lasiguiente historia ocurre en el interior del estado de Paraná, en Brasil, donde vivía un barbero italiano famoso por ser un eximio contador de historias y muy mentiroso. Muchos de sus clientes se cortaban el pelo y se hacían la barba solamente para conocer sus historias y oír sus mentiras. Su nombre era Antonio, tenía fuerte acento italiano y ya llevaba más de 20 años trabajando en el mismo lugar, contando una historia más mentirosa que la otra. De hecho Antonio era el mejor, más famoso y también el único barbero de la ciudad y eso le daba mucha tranquilidad para trabajar y cuidar de sus clientes con mucho cariño, como siempre lo hizo.

Entre las historias más famosas de Antonio estaba la que él una vez, cuando aún vivía en Italia vio a un armadillo muy fuerte huir de un cazador haciendo un hoyo en la orilla de un rio que ese hoyo atravesó el río y terminó al otro lado, en la otra orilla.

– Ese hoyo era tan grande y tan bien hecho que con el tempo, los ingenieros de la ciudad lo descubrieron y lo usaron como túnel para los vehículos de la ciudad… la única cosa que le faltó hacer fue el pavimento y la iluminación, porque todo lo restante estaba listo…. Finalizaba Antonio.

De hecho, en la ciudad de Antonio, llega otro italiano, muy mentiroso y que, también, tenía un acento muy fuerte, pero que era dentista. Su nombre era Pablo y por ser el único dentista de la ciudad rápidamente se hizo famoso, pero también por sus mentiras. Pero Paolo era diferente de Antonio pues le gustaba contar historias de su venida desde Italia y encantaba a sus clientes cuando las contaba, dejándolos literalmente de boca abierta.

Entre sus historias mentirosas favoritas estaba aquella que él decía que cuando aún vivía en Italia su novia, una linda morena, rompió el noviazgo y que, después de tamaña decepción, él acabo tirando su alianza de novio al mar.

– Lohize de pura rabia! Decía él. Pero cual no fue mi sorpresa cuando 3 años después, fui a la feria de la ciudad y después de comer un delicioso pastel de queso, decido comprar un pescado para comer por la noche con mi nueva novia. Cual no fue mi sorpresa cuando abrí el pescado y vi que mi alianza estaba en sus “tripas”, aún con el nombre de ella grabado. Fue un susto muy grande, pero cual no fue mi sorpresa mayor aún cuando pasados algunos días mi antigua novia me pide para volver con ella. Entendí inmediatamente lo que esa situación quería decirme – concluía él, que el pescado le vino avisar que ella quería volver… yo no creía en la leyenda del pescado sabio, que se cuenta tanto en Italia, pero después de esa, le pasé a creer completamente…

– Pero, seguía él, la leyenda del pescado sabio decía que para tomar cualquier decisión la gente tenía que buscar al papá del pescado y aconsejarse con el pez sabio padre, que lamentablemente no lo encontré. Y entonces no acepté la antigua novia y me vine para acá.

Como al poco tiempo todos comentaron las mentiras de Paolo para Antonio, acaba creándose una disputa entre los dos y un día el alcalde de la ciudad se lleva a Paolo hasta la barbearía de Antonio, para acabar con la discusión.

Allá llegando ellos se saludan y muy desconfiados Antonio le pregunta a Paolo si quería cortarse el pelo. El alcalde dice que no que solamente quería escuchar una historia de Antonio, pues según todos sabían él era el mejor contador de historias de la ciudad. Es cuando Antonio comienza a contar una historia hasta entonces desconocida:

– Esta historia no se la cuento a nadie, pues es una experiencia muy personal. Cuando me vine de Italia, llego al puerto y ahí tuvimos que esperar la cola disminuir para poder bajar del buque, y ahí estuve unas dos horas esperando, cuando veo que un joven viene nadando, se sube al buque y se pone a mi lado a esperar la cola para bajar. Totalmente mojado, espera por su vez en la cola y le pregunto si se había caído del buque y él me dice:

– No, yo vine nadando desde Italia, pues llegué atrasado al embarque y cuando llegué ustedes ya habían partido. Entonces seguí al navío nadando…

Todos se rieron, y miraron a Paolo que serio afirma:

– Pero yo le creo a Antonio. Pues aquel joven era yo que perdí la partida de navío por estar buscando al pez sabio padre.

A partir de esa fecha, Paolo se hizo conocido como el mayor mentiroso de la ciudad.

 

Autor
Mi nombre es Er dos Reis,soy empresario, tengo 3 hijos y vivo en la ciudad de Pinhão, en el interior del estado de Paraná, en Brasil.

 

Los mayores mentirosos de la historia de la ciudad
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