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Amor por teléfone

Estaba a 8 años separada del padre de mis hijos, pero contenta por haber conseguido seguir cuidando de todos ellos y manteniendolos, no permitiendo que les faltara nada de lo esencial.

En todos estos años he seguido viviendo tranquilamente, siempre con algunas pocas restricciones, pero nunca preocupandome con otra cosa a no ser el trabajo y con ellos, mis hijos.

La vida en Lima es muy corrida, como en toda ciudad grande, pues el transito es lento, en algunos momentos del día y también porque uno tiene que trabajar mucho para conseguir mantenerse. Entonces le sobra poco tiempo a uno para andar preocupandose con la vida ajena o con temas que no estén relacionados a nuestras necesidades inmediatas.

Pero, como enla vida no todo es exato, lógico y racional recebo uma ligação de uma pessoa com quem eu havia trabalhado, convidando-me a jantar.

Me dijo que queria conocerme mejor, pues yo le parecia bonita, simpatica y agradable y que por eso queria ver si podemos cenar para ver si se podiamos pensar en una amistad. Me dijo que se habia conseguido el numero de mi celular de un amigo en común y que hace tiempo que lo tenia, pero que solamente ahora habia tomado coraje de llamarme.

Yo no me sentía preparada para una relación amorosa y tampoco queria, en ese momento, alguna nueva amistad, lo que sea, pero acepté la invitación más por curiosidad.

Cenamos, conversamos y como él es un hombre muy agradable acabé cediendo y empezamos una relación que me alegraba, me daba fuerzas para seguir luchando y me dejaba la vida un poco más colorida, pues el amor, aunque uno no lo deseé, siempre es bienvenido y nos inyecta ánimo.

Nunca lo invité a mi casa, pues todavia no quería que mis hijos se sorprendieran, pero siempre saliamos a pasear, a cenar, a charlar. Llegué a tener un sentimiento bonito por él, quisá ese relacionamento podría ser llamado de un romance, no estoy segura.

Pero en un lindo día de trabajo, suena mi teléfono, atiendo y es una señora que me pregunta si yo lo conocia a él. Le respondo que si y ella me dice muy friamente:

– ¿Como se llama usted?

– Marisol, le repondo.

– Marisol soy la señora de Arcádio y sé que ustedes tienen un caso, pero quisiera contarle a usted que él es casado a muchos años, conmigo ha tenido una hija que ahora tiene 4 años y quisiera saber si seria posible que usted le dijera a él que yo sé de todo?

– ¿Él es casado? Le pregunto. Pero si es casado, yo no hablaré más con él, no se preocupe.

– Si es casado ya a 6 años.

– Le pido disculpas, señora, yo no sabía de nada. No sabia que tenía hija y ni que era casado. Pero esté segura de ahorita mismo, salgo de su vida. No estoy aquí para echar a perder la vida de nadie.

Terminamos la conversa muy educadamente, y a los dias él me llama, lo atiendo y él me dice que sabía que su señora me había llamado y me pide disculpas y que los 6 meses que lo habíamos pasado juntos fue un momento lindo y que si yo quisiera seguir viéndolo, él estaba dispuesto a abandonar a su família. Le niego inmediatamente, diciéndole de que estaba saliendo de su vida.

Desde ese día no sé más nada de él yo sigo mi vida tranquilamente, un poco decepcionada, pero la sigo y creo que esa forma de como todo terminó es la más indicada y más civilzada posible, pues no hubo un grito, ninguna amenaza, a pesar de que todos salimos tristes.

Y ahora reflitiendo, percibo de que curiosamente esa relación comenzó y terminó por medio de una llamada de celular…

Autor
Me llamo Marisol Sedano, soy camarera y vivo en Lima, la capital de Perú

Amor por teléfone
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