2.559 leituras

Un campamento en el Lago Crater

 

Acampamento do lago crater

A fines del 2016, mismo con la crisis económica verifique que tenía una cantidad interesante de dinero, oriundo de mis economias, pues casi todos los meses guardo una pequena parte de mi salario, y decido ir hacer un viaje. Como habia estudiado ingléês por algunos años decido viajar a Estados Unidos y quisá, su vecino del norte, Canadá.

Lograr el visto de entrada fue una tarea hercúlea, pero felizmente, después de meses de burocracia, consigo un visto de turista antes de julio, el verano en el hemisfério norte.

Mis planes eran: pasar 2 dias en California, para conocer a Disneylandia, romper la banca en los casinos de las Vegas e ir al Parque Nacional de Zion. Entonces viajar en dirección noroeste al Oregon, donde yo camparia en el Parque Nacional del lago Crater y después de un día o dos ir a Montana y visitar el Parque de Yellowstone y allí conocer la caldera de Yellowstone, el super volcán subterraneo. Finalmente, si me sobrase algun tiempo, dar una vuelta a Canadá antes de volver a Los Angeles, donde pasaria mis últimos dias en el exterior antes de tomar el avión de vuelta a casa, totalizando unos 20 días de vacaciones.

Partí según el programa el 30 de julio, pero les ahorraré los detalles del viaje de avión, pues fue realmente entediante.

En los aeropuertos americanos, me sorprendió como los pasajeros son tratados fria y desumanamente, cuando se inspecciona cada paquete, cada objeto como si todos fuesemos criminosos. Horas se pasaron antes de que yo y las decenas de personas fuesen inspeccionadas. Lo peor de todo fue ver las personas, una de las cuales el único pasajeros con barba y de piel más oscura,  siendo llevados a una saleta reservada para inspecciones aleatórias. Yo tendria perdido el vuelo de conexión, si él no se hubiera retrasado.

Disneylandia fue un paseo muy entretenido, más de lo que yo pensé que podría ser y la comida de estados Unidos es muy sabrosa, mismo siendo llena de grasa y azúcar. Casi mudé los planes para quedarme un día extra en el parque, pero mi deseo de campar en el Lago Crater era más fuerte. Arrendé un auto en Los Angeles y empezé mi viaje para Las Vegas. Las cinco horas de viaje se pasaron rápido, quisá por la belleza del desierto.

Mis intenciones, cuando entre a la ciudad del pecado era salir de allí con más dinero de lo tenía entonces, pero eso se probó imposible. El único juego que tuve ganancia fue el del Black Jack.

El viaje de Las Vegas hasta el parque Nacional de Zion fue más rápido, solamente dos horas. La belleza del parque es indiscutible, pero yo sabía que el Lago Crater sería aún más lindo. Armé mi carpa, pero decidi dormir debajo de las frazadas estrellado que era el cielo nocturno de ese lugar.

El viaje de Zion al lago Crater fue difícil. Veinte horas manejando, con una pausa en un motel por la noche y el parque nacional del Lago Crater era tan lindo como me había imaginado. Un circulo de tierra cercando  un cuerpo de agua cristalina con una isla solitaria en su centro. La naturaleza verde ofreciendo un aura de calma a todo el vecindario. Me entretuve nadando en el lago y conversando con otros turistas. Maximilian Adler un turista alemán, me contó sobre algunos supuestos avistamientos del infame Pie Grande, no obstante era dificil entenderle por su fuerte accento alemán.

En el momento de armar la carpa, decidi que lo haria en el bosque del parque, cercado de naturaleza. A media noche escuché algunos ruídos que venian de algun lugar lejos entre el mar de trevas que se formó entre los árboles. Faminto y aun cansado abrí mi cooler y saqué un sandwich de jamón, me comí la mitad y, gracias a mi cansancio, simplemente dejé la otra mitad a mi lado y volví a dormir.

 De nuevo ruídos venidos del bosque, de esta vez más cerca de mi… No obstante, mi cuerpo, exausto por el viaje y de las actividades del parque, se recusa a despertar. Y no sé cuanto tiempo se pasa entre mi sandwich y el horror que me hace salir corriendo ciegamente por los escuros bosques del Lago Crater, pero cuando abro mis ojos un tremor retumba en las profundezas de mi alma.

Todavia despierto asustado y sudando algunas noches, pues a mi lado buscando el cooler, que había dejado abierto por mi cansancio, habia una enorme masa negra, rompiendo trozos de comida con garras del tamaño de mis dedos.

Mi carpa había sido rota por una figura peluda, y fue por esse hoyo que escapé corriendo por la oscuridad, implorando por ayuda en los límites de mi voz. Cuando huí de mi carpa la enorme masa de pelos y garras también corrió, quisá haya venido atrás de mi, quisá tenga simplemente desaparecido en la noche. El miedo me cegó los sentidos, y finalmente un escapada desesperada me golpeé la cabeza en una rama de árbol.

Um guardiã del bosque me desperto por la mañana y me llevó a un hospital local. Cuando le conté de lo ocurrido de anoche el guardia me dijo que el culpable había sido un oso negro, atraído por el olor de mi comida, con el susto, cancelé mi viaje a Yellowstone y me volvi a Los Angeles y después a casa.

Autor
Mi nombre es João Pedro Lemos Petter, soy estudiante de Ciencia de Computación y vivo en Palmeiras das Missões, en el estado de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil.
Un campamento en el Lago Crater
Avaliação: 5 estrelas
Total de votos: 6

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *